Anarcosindicalista blog que revierte en sumidero de églogas entre el 15/11/2005 y el 21/02/2006 desde el piso C3.2 de la rue de constitution, 1030 BRUXELLES.

martes, enero 31, 2006

El extraño caso del señor de Water Closed

El otro día me desperté en medio de la noche con unas ganas de cagar extremas. Tan extremas que me hicieron bajar corriendo los dos pisos que hay de mi cuarto al baño. Y como ocurrió durante toda la semana pasada, por extraño que parezca a mi inquilina favorita, se me fueron pasando por el camino y me senté esperando que volvieran, cosa que no llegaría a suceder.

Enseguida sentí la diferencia de temperatura entre mi cuarto (con calefacción) y el baño (sin calefacción y con salida de aire). Pero me abstuve de volver a la cama a la espera de nuevas noticias.

El edificio tiene los baños y la ducha en el piso de abajo que tenemos que compartir todos. Hay una excepción, bueno dos: hay una ducha en el piso de arriba que sólo comparten dos habitaciones. Como contrapartida tienen también que compartir la cocina, y además son los que más lejos están del baño. Se ve que anteriormente estaban divididos de otra manera, pues en la puerta de la habitación que da a la ducha aparece el típico simbolito del hombre y en la puerta que da a la habitación de los baños está el simbolito de la tía. Todo esto para decir que los dos baños que hay en todo el edificio están contiguos, y al entrar noté que la puerta del otro estaba cerrada.

Por regla general nadie suele cerrar la puerta del baño si no está dentro (a menos de que la ventilación sea nefasta, que no es el caso) para que se sepa que está vacío y que se puede entrar. Sin embargo era bastante raro que hubiera alguien pues podían ser las 3 de la mañana. "Últimamente hay algún gilipollas que cierra la puerta". Empecé a pensar si realmente era eso o si no. Algunos vecinos son un poco raros, no te dicen nada cuando te los cruzas y a veces incluso te miran mal; para mí que es algo intrínseco a la vida en común en las residencias/albergues, es decir, igual son hasta mejores personas que yo pero siempre que me los cruzo parece que están tramando algo. En fín Serafín, especímenes de esos hay en todos lados (aunque en los albergues londinenses abundan sobremanera;-) La cuestión era quién estaba al otro lado de la puerta en ese momento...

Definitivamente llegué a la conclusión de que allí no había nadie. Por hacer tiempo empecé a pensar en qué podría haber habido: me imaginaba un muerto, una mancha de un crimen, un tío sentado esperando a que me levantara para asestarme el golpe de gracia y quitarme todas las cosas, una pareja follando... todas esas cosas que uno piensa cuando sale de la cama de madrugada. Una curiosidad tonta: yo siempre en mi casa, hasta que cumplí no sé qué años, corría las cortinas de la ducha para ver si había alguien esperándome detrás, incluso miraba en el techo. Tratando de averiguar la genealogía de tan estúpido comportamiento me acordé de que una vez me escondí en la bañera jugando y nadie fue capaz de encontrarme hasta que salí de ahí temblando de miedo; podía ser que no llegaran a encontrarme jamás.

Me dí cuenta de que todo lo que estaba pensando, todas las escenas que se agolpaban en mi cabeza, eran puras chorradas mentales y comencé a jugar con ello. Me imaginé un espíritu jovial, que era mi imaginación, paseándose por el cuarto de al lado. Como todo espíritu no tenía forma concreta y se podía convertir en cualquier cosa. Se convirtió en aire. Y se movía por ahí tan feliz... En un momento dado, le dió por hacerme una visita. Me lo imaginé entrando por la rejilla que hay adosada a la puerta. Y miré.

Esto fue demasiado, paré de pensar. Aunque evidentemente no era real, el sólo hecho de que pudiera llegar a serlo sólo a través de mi cerebro me acojonó; mucho. "Esto es lo que debe de sentir un loco".

Mientras iniciaba el largo proceso de acercamiento a mi querido cuartucho eché una última mirada cobarde a los dos baños que estaban exactamente igual a como me los había encontrado unos quince minutos antes.

Notas aclaratorias.

Ya que la nota de ayer quedó un poco dispersa, voy a poner algunas notas aclaratorias que seguro les podrán servir de ayuda:


"Para abrir un coco: sáquele el agua al coco, abriéndole un orificio, y envuélvalo en un papel apropiado para microondas. Colóquelo en el horno y caliéntelo a la máxima potencia durante 5 minutos. Luego déjelo enfriar por 15 minutos. Cúbralo con papel toalla y ábralo con la ayuda de un martillo o mazo. Vera que la masa se desprenderá mucho mas fácilmente de las paredes internas del coco. "
en http://www.elvoceromi.com , titulado "El microondas, no sólo para calentar"


"....Para otras labores es insustituible el machete o el hacha, que sin embargo no igualan la facilidad de usar la coa para pelar una naranja o abrir un coco para tomar el agua. "
en http://thematrix.sureste.com/cityview/merida1/articulos/coas.htm, titulado "Las coas, instrumento yucateco"


"TECNICA PARA SACAR LA LECHE DE COCO:
•Con un punzón abrir un huequito al coco por uno de los tres ojitos que tiene en la parte de arriba, y sacar el agua.
•Poner los cocos por 15 minutos en un horno precalentado a 350º y luego, con un martillo, romper la concha dura y botar.
•Picar el coco en cuadritos, dejar la piel oscura que lo cubre.
• Si se desea, se puede eliminar la piel oscura con un pelador de papas.
• En la licuadora colocar dos tazas de agua o leche hirviendo, y con el motor encendido, agregar el coco hasta tenerlo totalmente desbaratado.(...)
No hay nada peor que el pasar por el trabajo de abrir un coco y descubrir que la comida es rancia.(...)"
en http://mensual.prensa.com la RECETA DE LA LECHE DE COCO


"Algunas personas utilizan un método poco ortodoxo, pero eficaz: lo introducen en una bolsa plástica, la cierran muy bien y le dan uno o dos golpes secos contra una superficie dura. También puede partirlo con un martillo. O meterlo en el horno (o quemar la corteza sobre la hornilla de la estufa), para que se resquebraje más fácilmente...." en http://www.elcolombiano.terra.com.co en las RECETAS CON COCO.


"cómo que no está mal? tengo el nabo tan tieso que podria abrir un coco.(...)
Kanijo" en un foro de www.pajilleros.com en el que alguien había colgado las fotos de su mujer para comentarlas (a petición de ella, ojo).


"El coco es una fruta del cocotero o Cocos nucifera, abundante en el Caribe e islas. Es la semilla más grande que existe, el cocotero es una sola especie con múltiples variedades, que basicamente se diferencia del color del fruto (amarillo o verde), las plantas solo presentan diferencias en el tallo...." en http://es.wikipedia.org/wiki/Coco


"Fue como abrir un coco y encontrar arena en vez de agua... " una frase preciosa de Margot Tenenbaum en un escrito titulado Âmes jumelles en www.predicado.com

lunes, enero 30, 2006

Recuerdos frutales (algunos lo llaman coco)

Apenas él había salido ella se quedó cubierta en mantas de terciopelo azul de rosas. Jamás él se había imaginado que algún día una mano blanca le despertaría desde debajo de la almohada. Eso no, quizá otra cosa sí, desde luego, pero ya caminaba por la calle cavilando y cavilando. De paso se encendió un cigarro. De paso. Al llegar a casa le esperaba el tormento de nuevo, aburrimiento y tedio, y mentiras y falsas realidades y promesas venideras. Total es igual, y seguía fumando.

Acaso algunos pensaréis que él era un cínico, un falso, un egoísta y un colgado. A mí me la suda, pues cuando se lo pedí me ofreció un cigarrillo. Total es igual, decía, y siguío caminando. Como yo iba en dirección contraria nos separamos.

Dulce, suave, divina; ahí estaba. Era Ella sin duda. La que le acariciaba el pelo, La que le tocaba suavemente los labios y La que sabía que le miraba con ojos ansiosos de que despertara de aquél sueño fatídico que había sido tan real para los dos. Él iba a hacer de ese momento un mundo y del mundo un momento maravilloso, por eso dejaba que Ella le mirara y le acariciara y le dijera cosas al oído....Él no las oía....Él....Él quería oírlas pero....Yo quiero...No, para qué abrir los ojos...No, ¿para qué?... Y sin embargo seguro que vosotros también habéis tenido esa sensación que en ese momento le atormentaba y sabéis perfectamente de qué os hablo así que no voy a continuar.
Obviamente, al rato vió la mano blanca...¿quién eres?... Y bueno, uno siempre cuando le ve desde fuera repetiéndose una y otra vez el mismo sueño se dice "joder tío, deja de dar la brasa, sabes perféctamente...." Pero sin embargo estaréis conmigo en que esa sensación extraña jamás la habíais tenido antes, para qué os la voy a describir entonces.

Dulce, cariñosa, ahí estuvo. Como todos los días. Y fumando parecía recordarlo aunque le conozco bien, tanto como él a mí, no hay manera de que se acuerde. No hay manera de que se acuerde de que ese sueño me lo he inventado, coño. ¡¡Que no lo has tenido hombre!!¡¡deja de fumar como un descosido que se te van a salir los pulmones!!¡¡y por lo menos dame fuego, no?? Pero en fín, como seguro que alguna vez vosotros habéis conocido al Otro con sólo mirarlo, no os lo voy a presentar de nuevo, tan sólo sabed que no sois los únicos que adivinan no-recuerdos revolviendo en un baúl supuestamente ajeno, el cual hay que decir para no llamar a engaños que de tamaño no es más grande que una sandía pequeña, algunos lo llamaréis coco, y como éstos se abre.

miércoles, enero 25, 2006

Una ruina majestuosa.

a Sir O. W.


"Ahora quisiera hablaros de lo que ví hace no mucho..."

"¡Seguro! Encantados estaremos d'escucharle"

"Pues bien, poco tiempo ha que tuve un extraño sueño. En él, los edificios abandonados eran mansiones majestuosas donde se celebraban grandes fiestas. Toda la alta sociedad se reunía allí para tratar de grandes temas y manejar la nación. Eran todas hermosas, a pesar de estar totalmente destrozadas, pero una sobresalía de entre todas las demás. Escombrada hasta lo inaudito, casi sin techo, se erguía sobre una llanura empantanada y una música horrenda y brutal salía como un vómito incontenible de ella.

"¡Espléndida!"- decían unos.
"¡Excelente!"- replicaban otros.
"¡Brillante!"- argumentaban aquéllos.
"¡Majestuosa!"- convenían finalmente de manera unánime.

Y la majestuosa ruina andante (porque realmente "andaba", pues tal era el volúmen de la música que parecía a punto de desplomarse en cada "bum") atraía a las masas por doquier. Una vez llegué a la puerta estaba solo, igual se han perdido por el camino, me dije. Entré decidido.

Y lo que había dentro era espantoso pero erigido como templo de la ruina, era hermoso. Y no habré de deciros la cantidad de enfermos mentales y degenerados que allí había, mas movido por una extraña ternura y desconocida admiración, a mis ojos eran aristócratas de sangre de cielo. Jamás osaría yo deciros que pisaba un suelo de rosas, de tal modo la ciénaga la anegaba, mas era imposible no pensar que bajo mis pies se alfombraban baldosas de mármol blanco.

Dentro podías encontrar un orador tartamudo, un guitarrista manco, un músico sordo, un pintor sin pincel, una cineasta sin cámara, un follador sin polla. Y todos eran grandes en su género pues todo el mundo aplaudía la inmunda música tocada por el pianista sordo, escuchaban atentos al orador tartamudo y en corrillos discutían sobre su elocuencia y fluidez de palabra; un grupo de adoradores admiraba el valor y el honor, el color y el dibujo del pintor que incansable se dedicaba a manchar las paredes de barro y escupir y cagar en su obra, la cineasta lo filmaba todo con sus propios ojos sujetando una cámara imaginaria con una mano y con la otra girando la bovina: a su lado se amontonaban toneladas de película velada; todas las mujeres se agolpaban alrededor del semental, saliendo todas satisfechas de una penetración imaginaria y comentando el maravilloso orgasmo, pues el semental excitaba tanto la atención de las mujeres que muchas se corrían antes siquiera de verle; mientras un DJ nos conducía al Infierno acústico: encerrado en un pequeño cuartucho y aislado por sus cascos enormes, bailaba como un descosido mirando a la gente a su alrededor volverse loca. Pero el cable estaba mal colocado y un ruido abominable reventaba tímpanos por doquier; al técnico de sonido se la sudaba, se había ocupado de que todos los altavoces acoplaran produciendo un silbido horrendo y sentado sobre la mesa de mezclas admiraba su obra de arte con sendos tapones en los oídos. Un hombre de ancho bigote embutido en un frac se acercó al supuesto arquitecto felicitándole encarecidamente por su excelente trabajo, en concreto por la enorme y maravillosa cúpula inexistente, pues tan nefasta era la planificación del edificio que el jefe de obra se había negado a hacerla. El arquitecto miraba un hueco grande en el techo a través del cual veía la luna brillar, un par de estrellas, una nube y una viga a punto de desmoronarse "gracias, siempre es agradable que se valore el talento de uno". Y un ídolo idolatrado se erguía orgulloso sobre su altar imaginario, y todos admiraban su modestia, de la que él se vanagloriaba.

Al salir encontré por casualidad al hombre del frac en el Metro; le pregunté si estaba de acuerdo con alguna de las propuestas del orador, cuál era su opinión al respecto del arte del pintor y si había visto la última película de la cineasta. Se descojonó de mí: el orador difícilmente dijo más de dos frases en toda la noche (porque no sé si lo he dicho pero era de noche), el pintor era un necio y la cineasta una inútil, además él tenía más polla que el semental ese y podía haber dado más placer a esas furcias mentirosas y falsas. Y me dejó porque selescapaba el tren.

Y eso es todo..."
"...."
"Pos fueno..."
"Pos fale..."
"Pos malegro..."

"Yo al principio pensaba igual que vosotros, pero ¿no creéis que sería hermoso el mundo si esa casa existiera?"

"No"
"No, no lo creo"
"No, sería una pocilga fuente de numerosas enfermedades infecciosas, la mayoría incurables"

Yo al principio pensaba igual que ellos. Quise seguir discutiendo pero al final me tuve que ir porque semescapaba el tren.

lunes, enero 23, 2006

Cositas...

Hay cosas raras en esta puta ciudad de mierda. Entre ellas, la Iglesia de Sainte Marie, junto a mi casa. Cada día la veo al menos dos o tres veces: nunca está abierta. Un día por curiosidad, vi una foto de la Iglesia; abierta. Por curiosidad miré en la puerta al día siguiente, sólo abreb alrededor de dos horas al día. Sin embargo las jodidas campanadas de las 4 todos los días dan el coñazo. Hasta aquí todo bien. Y realmente es que no hay nada más, un engendro de otro mundo metido hasta las cejas en un mundo de autómatas. En otra época debió vivir mejor, no le debe hacer mucha gracia estar tan rodeada de musulmanes; quizá por eso sus campanadas se hacen tan atronadoramente insoportables.

En la fachada de mi casa hay varios ventanales. Jamás he visto luz en ellos. Por más que lo pienso no consigo entender qué puerta da a las habitaciones exteriores que se ven desde mi calle, pues todas parecen dar al patio interior. Todas excepto una, habitada por una rusa que estudia Bellas Artes.

Junto a mi edificio hay otro casi igual. En el interior de una ventana descansan unas macetas que supuestamente deben dar flores, pero las plantas son aún pequeñas y no se ve nada. Casi parecen vacías, pero un atisbo de verde confirma lo contrario. Las macetas están detrás de unas cortinas, de manera que quedan entre ellas y la ventana, mirando hacia afuera. "Es extraño -pensé un día- pues las cortinas las tapan para verlas desde dentro, y están demasiado altas para ser observadas desde fuera". Me imaginé a una mujer regándolas con cuidado, como limpiando una bandeja de plata (deben ser delicadas); unas plantas que no puede disfrutar. Ni siquiera ellas están en un lugar propicio: en un recipiente demasiado pequeño, demasiado pegadas a la ventana, demasiado incómodas para crecer a gusto. Además, el sol sale exactamente por el otro lado con lo cual todos los rayos que podrían recibir son rebotados, viven a la sombra. La convivencia está condenada al fracaso. Entonces, "¿porqué las riega uno y otro día?" (no la he visto nunca haciéndolo, pero parece evidente que alguien las tiene que regar). Y en el supuesto caso de que llegaran a crecer es obvio que tendría que desprenderse de ellas, pues hay lo menos dos macetas por ventana y el espacio en que se apoyan es el que puede haber en una casa normal entre cortina y ventana, unos 20 cm a lo sumo.

Creo que esa pregunta jamás tendrá una respuesta a la altura de la misma, suficientemente simple.

En fín, a hacerme la cena. Ciao bell@s!

miércoles, enero 18, 2006

Costumbres "transhabitat" del hispanicus belgae.

Las costumbres del homo sapiens, en la subespecie hispanicusbelgae, han resultado ser harto complejas. En el mes y medio que ha llevado el estudio hemos obtenido grandes hallazgos científicos, que sin duda aclararán grandes dudas habidas en el pasado. Pretendemos con ello llenar las grandes lagunas gnoscitivas que nuestros colegas anteriores han tenido, gracias a una observación profunda y minuciosa diaria durante todo este tiempo.

La clave del estudio fue el recluimiento del especímen en un recipiente de yeso y cemento que habíase construído con anterioridad, en el que insertamos todo lo que el especímen pudiera necesitar para llevar una vida normal como la que hubiere llevado en su hábitat natural, a saber: cama, armario, mesa, silla, estantería, nevera, cocina y lavabo. El baño no fue posible instalarlo debido a que al ser una construcción previa no había posibilidad de nueva reconstrucción del habitáculo. Por suerte el habitáculo posée una amplia ventana por donde entra la luz y puede sentirse casi "como en casa" (con perdón de la expresión).

Tras no pocas reticencias por parte del especímen, finalmente fue llevado a su estancia temporal donde le mantendremos con motivo de la experimentación hasta el día 21 de Febrero del año 2006, momento en que será devuelto a su lugar de orígen sin perjuicio alguno de sus facultades físicas, habiendo comenzado su estancia el día 15 de Noviembre del año 2005. El especímen trajo consigo dos grandes receptáculos llamados maletas, y dos pequeños, llamados mochilas. De ellas saca sus cosas necesarias para sobrevivir, tales como coberturas cutáneas llamadas ropa, coberturas para el objeto cama llamadas sábanas y otros enseres para el objeto cocina, el objeto armario y el objeto cocina que ha llevado usando durante este tiempo.

El homo sapiens en la subespecie hispanicusbelgae no puede estar mucho tiempo en soledad, de este modo decidimos traer a los miembros más importantes de la manada pero manteniendo su estancia una duración mucho más corta. Además restringimos la entrada al habitáculo vivienda a sólo otro especímen más, que decidimos por unanimidad que debía ser del otro sexo y de una edad semejante al especímen seleccionado, para poder comprobar si las conductas sexuales (tema clave del experimento) aducían algún cambio respecto a las observadas anteriormente en su hábitat natural. No descartamos la posibilidad de encuentros fortuitos incluso frecuentes con otros seres de su especie ubicados en la zona, pensando que la abundancia de los mismos facilitaría las relaciones trans-hábitat.

A estas alturas podemos decir que el especímen está totalmente aclimatado a su nuevo hábitat. Sus costumbres diarias no difieren en demasía a las observadas en su hábitat natural, con la excepción de el esfuerzo físico y mental que estos seres gastan en una u otra actividad a la que llaman curro que les proporciona material que truecan en comida, ropa u otros enseres, del que no tiene gran constancia. Sin embargo el material de trueque no le falta. Hace tres comidas al día, despierta a partir de las 9:30, organiza su habitáculo (hay que decir que a estos seres les preocupa bastante, pero el especímen no comenzó a preocuparse por ello antes de la visita de su homólogo femenino -el especímen pertenece al sexo masculino). Suele salir de él a horas indeterminadas y volver al mismo tras haber realizado sus necesarias relaciones sociales en un horario a su vez indeterminado.
continuará...

lunes, enero 16, 2006

La vida es, es un contratiempo la vida es.


"Ya no me cantes cigarra
Ya para tu sonsonete
Que llevo una pena en el alma
Como un puñal se me mete,
Sabiendo que cuando canto
Suspirando va mi suerte.
Bajo la sombra de un arbol
Y al compás de mi guitarra
Canta alegre este "guapango?
Porque la vida se acaba
Y no quiero morir soñando,
Ay, como muere la cigarra"
José Monge Cruz (Camarón), aunque seguro que la letra no es suya.



Ya no me da tiempo a escribir mientras se hacen las patatas.

Desde que llegó Andrea la casa se ha revolucionado. Ella empezó a hacer la cama, a limpiar los platos después de comer, a quitar las cosas de la mesa que estorbaban, y yo para compensarla le hice hueco en el armario y cambié las sábanas antes de que viniera. Había que estar preparado.

Al principio fue extraño. De pronto todo se había puesto en marcha: los fuegos funcionaban, la cama estaba bien colocadita cada día, los platos fregados antes de que llegara el momento de usarlos; la estantería y el armario, aunque con un ligero desorden, parecían más espaciosos. A partir de entonces hay dos sillas aquí dentro, no vaya a ser que la casa se crea que me he quedado solo y se vuelva una vaga como antes.


Lo más sorprendente fue que la comida comenzó no sólo a ser más completa (las 20 salchichas a 2€ hace casi tres semanas que no las compro, y siempre hay verduritas en la nevera, crepes, medias noches y batiditos) sino que llegó a ser hasta rápida. En efecto, el problema no era de los fuegos, sino de mi ineptitud para el análisis cocinal: estaba usándolos al revés. Resulta que pude hacer una Tortilla de patatas con mayúsculas en mi propia casa, pues llegan los hornillos eléctricos a tales temperaturas que se ponen rojos, y el tiempo de pelar las patatas es mucho mayor que el tiempo que tarda el aceite en calentarse y hay que tener cuidado, ya veréis porqué.

En fin, en estos días hicimos un poco de turismo. Visitamos Brujas, Amberes, Lovaina, incluso fuimos a Amsterdam en coche, viaje que aproveché para recoger algunos frutos de ese rico país que es Holanda e introducirlos en mi hogar temporal para consumo interno. El viaje a Amsterdam fue caótico: primero el coche nos lo dieron sin gasofa -a rellenar-, no encontramos sitio para aparcar -a las afueras y a coger el metro-, no encontramos una motivación común -a disgregarnos: los polacos por un lado y Andrea y yo por otro-, nos cayó una nevada brutal de vuelta -a 50 todo el camino, 4 horas para 200 km- y finalmente no encontramos una gasolinera barata abierta y nos fuimos a casa quemadísimos. Mereció la pena. En Brujas también nos cayó una nevada del copón, pero esta vez nos quedamos a ver la ciudad; la Venecia del Norte nevada es acojonante.

Pero la Amsterdam stuff ya se ha acabado, como todo. Como el curro, que cada vez tengo menos, con lo que el aburrimiento ya empieza a ser exasperante. He batido todos mis records en el Pinball de Windows. Andrea se ha ido a Madrid y Bea a Dublín; me quedan aún Pietro y sus colegas, los polacos y los belgas. Me he leído dos libros en una semana y empiezo unas "Obras Completas" de Oscar Wilde que precisamente tienen el peligro contrario, que me aburra de leerlas. Y he peinado Bruselas cámara al hombro, o más bien mochila al hombro. Lo malo es que al funcionar la cocina ya ni siquiera puedo esperar que el tiempo corra mientras la comida se hace.

El mundo en verde también era una solución esporádica. Sobre todo para dormir. Flotar y mirar y oír y sobre todo tocar y sentir como nunca antes o como si siempre..., realmente hay momentos espectaculares. Sobre todo de a dos. El tiempo se ha reducido para algunas cosas, pero sigue siendo el mismo, así que hay otras que se expanden hasta extremos inaguantables, como el Pinball (no me extrañaría que un día dejaran de funcionar la "z" y la "m").

A todo esto estoy mirándome la mano derecha cuando escribo. En total tengo una dos tres ampollas y una más pero abierta, y unas marcas rojas en la piel alrededor. Problemitas de la velocidad: me dejé un cazo con aceite en el hornillo. Estaba tapado porque era aceite del día anterior y no me dí cuenta de destaparlo. Tenía el estómago rugiendo porque había estado hablando con Andrea y no queríamos cortar, hasta que el hambre pudo conmigo y se lo pedí por favor. Mi estómago patas arriba tras la fiesta del Viernes en casa de Kasha, a base de Vodka toda la noche gracias a la cortesía de uno de los polacos que insistió en que bebiera y no me gusta pero empiezas y sigues y sólo uno más y qué estás haciendo hasta que ya no haces preguntas y que le den por culo y te lo pasas de puta madre bailando y tal. Los polacos son la polla, pero todas las fiestas se hacen dentro de una casa y si salen sólo lo hacen con plena concienciación previa. Nunca el devenir de la noche les pide ir a un bar a terminar la fiesta. A los belgas tampoco, pero es normal porque aunque la ciudad es pequeña es que no hay buhos ni nada, con lo que la única posibilidad es irse en coche y nadie quiere ser el pringao de turno. Aparte de que si ese se pira antes a casa, a tomar por culo el resto. Entonces en un momento dado mientras terminé de cortar las patatas para freírlas, destapo el cazo y lo veo todo lleno de humo. Se enciende y echa fuego como un dragón, todo el cazo lleno de fuego. Me entró el pánico, pero al final conseguí apagarlo aunque produjo ciertos desperfectos en la pared de la humareda.

Y aquí estoy, todo el puto día esperando al pintor que venga a arreglar el estropicio del fuego, sólo porque ya no me da tiempo a escribir mientras se hacen las patatas. En fin, caprichos del señor reloj.

jueves, enero 12, 2006

Si en vez de cigarra dices cigarro...

Qué pasa chavales? Ya es hora de que empiece a escribir de nuevo. La verdad que tiempo no me ha faltado ni ganas, pero es que te pones a leer, a tocarte los cojones un rato, a hablar por el msm y a tomar por culo...

Puesta a punto: Estas Navidades han sido extrañamente lejanas para mí, no sólo por la distancia sino también por los kilómetros, el gasto de combustible, el desgaste de los neumáticos, el coste del billete y las viandas para el camino. Eso sí, a mis padres y mi hermano y Andrea no les importó una mierda y vinieron en mi busca. Estoy empezando a creerme un maldito vago de mierda (¡ni siquiera vuelvo a casa por Navidad, ella vuelve a mí!) y lo peor es que nada indica que no pueda estar en lo cierto, jeje.

Andrea y yo estábamos en la Grand Place a eso de las 0:00 del 1 de Enero de 2006, es decir, mi 25 cumpleaños, al que algunos (los más) llaman Nochevieja. En fín que los belgas, tan majetes ellos, estaban todos ahí para felicitarme (aunque ninguno se me acercó exprésamente a decírmelo, lo sé porque eso se siente) y ahí estaban todos borrachos como gilipollas mirando los fuegos artificiales que resulta que eran en otro lado. Cuando me daba la vuelta todos me miraban y se hacían señas, pero cuando me volvía seguían como si nada. Algunos estaban bailando por ahí con tambores y esas cosas cantando el cumpleaños feliz a su manera, con saltos y brincos y gritos pelaos ininteligibles y yo qué sé qué. Con sus cervecitas y sus cosas, como si nada.

Luego nos fuimos a tomar algo a Saint Gery, que es una especie de Huertas/Lavapies en pleno centro de Bruselas (que es como decir en los alrededores) y nos tomamos unos cócteles. Me tuvo que invitar Andrea porque los putos belgas son unos agarraos y ni Dios se ofreció a invitarme, sólo acertaban a decir algunas palabras en uno u otro idioma ininteligible (los belgas-bruselianos hablan dos idiomas inframundos: el francés y el flamenco, que es como el holandés según me han explicado pero sin el como). Y por supuesto no iba a invitar yo, era mi cumpleaños. En refinitiva que nos volvimos sobre las tres de la mañana sin beber demasiado y sin ver vomitar en la calle, cosa harto extraña dada la fecha del año, sin colegas borrachos y sin cicatrices de guerra en forma de manchas insalvables, con un ligero cosquilleo en la cabeza y sin resaca del día siguiente (que dicho sea de paso también es mi cumpleaños). Les dejamos ahí a los pobrecitos para que se perdieran y degeneraran sus cuerpos, que disfrutaran de los futiles placeres de una vida descomedida que bien les irán a pasar factura dentro de ochenta años cuando las piernas les flaquéen y les cueste respirar. Incautos.

Acaece que en volviendo a casita como ya dijere nos encontraremos con el primerere atasco serio vislumbrado en las Bruselas durante esta mi corta estancia en la flandesca urbe; en Anspart, que es por así decirlo como la Gran Vía pero sin cuesta, los coches se arremolinaban entre sí, haciendo aspavientos sus conductores con amplias señales de impaciencia mezclada con incontenibles muestras de alegría e hilaridad -motivada sin duda alguna por la ingente ingesta de jugo cebadil- que hacían cantar y gritar frases de no poca ironía y gracia en los susodichos idiomas mencionados que en estas tierras sirven para comunicarse dada la incapacidad de las gentes para hablar el universalmente reconocido y admirado por su franqueza, versatilidad y carisma, lenguaje del Español. Y engrabando (otros dirían enfilmando) algún documento audiovisual que diera fe de lo aquí acontecido, he de decir que de pronto cercioréme de una cosa, que resultó ser cosa importante dada la situación de regocijo interior anteriormente descrita en que me encontraba: Todos estaban en otra fiesta en la que yo no estaba. No me importó lo más mínimo; yo no estaba solo en mi fiesta privada, pues no soy yo el único que hablar lo que es hablar, sólo habla bien el español idioma. Y nos fuimos contentos de sabernos diferentes y ajenos a todo lo que nuestros pies pisaban, nuestros oídos oían y nuestros ojos veían.



"La realidad para el que la trabaja"
Consigna neocomunista reinventada ahora mismito.