Viejos Nuevos Recuerdos

Hoy han llegado mis padres, hemos estado visitando la ciudad. He comido y cenado tanto que me he despertado del plácido vinosueño a las 2 de la mañana y no me puedo dormir. Tengo la tripa llena.

No sé cual es la extraña razón de que para dos días que están aquí uno entero lo quieran dedicar a ver nada más y nada menos que Brujas y Gante. No hay nada mejor que hacer que perder el tiempo viajando o corriendo. En fín, ha llegado el turismo rupestre. Menos mal que tengo a mi hermano de compañero de viaje.

No tengo mucho más que contar, sólo decir que he tenido esa vieja sensación, nueva ahora para mí, no más que un recuerdo revivido, de pensar que esto siempre va a ser así entre nosotros y entre ellos; jamás nos vamos a entender. Y por misteriosos derroteros cerebélicos jamás me será posible no pensar en la distancia que nos separa sin pensar a la vez en los lazos que nos unen, cuando sé que la una podría destrozar a los otros en un combate uno contra uno -KO en el primer asalto, Mike Tyson contra pringaillo- pero ellos tienen siempre las de ganar porque de alguna manera se las apañan para jugar siempre con ventaja.

Para que os hagáis una idea: tengo en mi cuarto unas figuritas de los reyes que me ha traído mamá, para decorar mi cuarto. Son de poliestileno y dice que me gustaban mucho de pequeño (ahora no lo recuerdo). En fín, yo pienso sobre todo en cómo me las voy a llevar a Madrid sin que se rompan porque no quisiera cargármelas, puede que algún día me venga a la memoria ese recuerdo. Problema: de alguna manera la entiendo.

FIN